Una Buena Empleada Doméstica

Como ser una buena empleada doméstica

Ser una Buena Empleada Doméstica te beneficia en varias cosas:

  1. Mantener tu puesto de trabajo.
  2. Conseguir un mejor puesto de trabajo.
  3. Ganar más que el básico del convenio colectivo.
  4. Una mejor relación con los empleadores.
  5. Obtener recomendaciones que te permiten ‘todo lo anterior’

Consejos básicos para ser una Buena Empleada doméstica:

¿Te pasó que te quedás pensando “qué hice mal” o “qué hice bien”, y no sacaste una conclusión?. Bueno leé las siguientes recomendaciones que te van a dar una pista de

1- Puntualidad:

Una buena empleada doméstica es aquella que permite a su empleador, dedicarse a otras cuestiones, como atender su trabajo, o llevar a sus hijos al colegio, u ocuparse de su negocio.

Planificar tu viaje al trabajo y llegar a horario no es una tarea menor, porque quizás el efecto de llegar tarde impacte en las tareas que los demás deben emprender también.

Puntualidad 2:

El tren que no llega, o el colectivo que no paró, o el subte, puede servir de excusa una o dos veces.

Pero si se torna frecuente, das la señal que en lugar de salir un rato antes para sortear los líos del transporte público, preferís no dar nada de vos, y que los demás se las arreglen.

2- Fiabilidad:

Ser fiable, es que los demás sepan que vas a hacer bien ‘todo‘ tu trabajo. No se trata solo de limpiar bien la cocina. Una buena empleada doméstica en general atiende varias cuestiones.

Ser una empleada fiable se trata también de que atendés el timbre o el teléfono, que recibís un paquete o una carta, o hacés un mandado o llevás un encargo, o anotás los elementos de limpieza que hay que reponer “antes” de que se agoten.

Fiabilidad 2

Hay detalles que hacen a tu buena reputación por los detalles. Como que no se acumule polvo en estantes, o que no quede el baño sin papel higiénico o toallas.

Esos detalles suman mucho, porque dan la pauta que te importa todo tu trabajo.

3- Respeto

No hace falta ser un adulón y tratar a los empleadores como si fueran de la realeza. No son “Su majestad”

Simplemente es tratarlos de Usted si son gente grande, o irte de una habitación si hay una charla privada que surgió y que no debés escuchar.

Si estás sola en la casa y suena el timbre o el teléfono, hablar de “la Sra” o “El Sr” frente a un tercero, marca el respeto y el tipo de actitud que tenés hacia los integrantes de la familia para los que trabajás.

Respeto 2

Ojo con los chismes entre empleadas domésticas.

Suelen darse entre quienes entran y se retiran a la misma hora en un edificio, o llevan chicos al colegio.

Hay pocas cosas feas como que tus empleadores se den cuenta que “llevás y traés”, con tus colegas que trabajan para otras casas de familia.

4- Honestidad

Podríamos decir que es el principal valor, porque alguien te abre las puertas de su casa para trabajar. No vas a una fábrica que es impersonal. Trabajás en el lugar donde una familia tiene las cosas que probablemente más atesore.

Un vuelto en un pantalón, una tajeta de crédito bajo un escritorio, un llavero, son cosas obvias pero hay otra que no son tanto.

No usar ‘cremas’ o ‘perfumes’ o cosas de tocador tambien hablan de tu honestidad. Lo mismo que comer o beber cosas que a simple vista sabés que son más caras que lo habitual.

Honestidad 2

El ‘Total no se dan cuenta’ implica que subestimás el valor que le dan en tu trabajo a la honestidad.

Porque cuando se destapa la verdad, no hay vuelta atrás. A partir de ahí ya no hay confianza en vos y ese trabajo te va a durar muy poco.

Honestidad 3

No mentir sobre las cosas. ¿Se te rompió un vaso? Lo mejor es decirlo y no esconder las cosas.

¿Por qué? Por que si descubren que mentís sobre algo tan simple como un vaso roto ¿Qué pueden esperar de vos en cosas más graves?

5- Actitud Positiva:

Como dice el dicho: “Todos tenemos problemas” y cuando los problemas vienen, vienen todos juntos.

No está mal comentar alguna vez un problema, y pedir consejo o una ayuda.

Lo que no tenés que hacer es llevar todeo el tiempo tus problemas a tu trabajo. Porque tus empleadores también tienen sus problemas y como dicen: “Las quejas son de los quejosos”.

No quiere decir que no puedas tener un mal día, pero ni siquiera a los amigos se les puede pedir que nos banquen todo el tiempo nuestras malas noticias.

6-Trabajar Duro

¡Y Claro! Para ser una buena empleada doméstica hay que hacer lo que nos pagan por hacer.

Y si terminé más temprano con lo que me propuse hacer hoy, adelanto algo de mañana.

Te puede ayudar mucho planificar la semana en un papel o en tu celular, o preguntar al ama de casa, por “algo más para hacer”.

Trabajar duro 2

No debe haber pero cosa que el hecho de que te pesquen olgazaneando en horas de trabajo.

En un trabajo tan sensible como el de una empleada doméstica, hay que evitar a toda costa dar la sensación que te pagan por “no-hacer”.

Preguntar “Hay algo más que pueda hacer”, da la sensación de que lograste terminar tus tareas y estás dispuesta a hacer algo extra. Y como recompensa, alguna que otra vez, te vas a ganar una salida temprana.

7- Flexibilidad

Ser flexible no quiere decir que a todo digas que Si.

Quiere decir que si está a tu alcance, accedas alguna vez, (siempre y cuando sean exceptiones), a quedarte un rato más, o que llegues un rato antes, o que hagas algo que no es habitual y sea una tarea de la casa.

8- Inteligencia

Ser inteligente te permite adelantarte a los hechos.

Recordar los hábitos de la casa, o saber que los Lunes ‘la casa está explotada’. O tener en cuenta que el fin de semana van a festejar un cumpleaños.

Asegurate, por ejemplo, que la tasa preferida de uno de los nenes está lista para usar. O que las toallas están cambiadas para usarlas todo el fin de semana.

En Resumen

Ser una empleada doméstica es un rol importante, no es sólo saber pasar el secador de piso, o lavar los platos.

Es saber integrarse a una familia.

Es comprender que con tu trabajo, ayudas a tus empleadores diariamente a resolver los temas de la casa que te encargan, y que ellos puedan usar ese tiempo en otras tareas -que a su vez ayudan a otros-.

Ser consciente de que tu ayuda es importante, que permite que los demás puedan delegarte temas sabiendo que cumplís.

Y por sobre todo es un trabajo digno y honesto.

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